domingo, 9 de noviembre de 2008

Aprender dignidad y humildad

Ayer antes del conciertazo de Nahum, conocí por casualidad a una profesora que trabaja en una universidad privada de Madrid muy famosa.

No sé cuándo o si voy a volver a verla, pero al recordar nuestra conversación me siento muy orgullosa de ella y la considero todo un ejemplo para mí.

Salió el tema por deformación profesional de los alumnos maleducados que tanto abundan. Ella me contó que un alumno le había llegado a decir algo como: "Cállate, que para eso te pago." y le amenazó con que, si él quería, la podían echar a la calle.

Ella, aún sabiendo que podría perder su puesto de trabajo con todo lo que eso significa en estos momentos, le respondió que él pagaría la universidad pero que eso no le daba derecho a faltarle al respeto a ella, que sería humilde pero que tenía una exquisita educación que había recibido de sus padres, y que había estudiado a base de trabajo y becas del Estado.

De él se esperaba que viniera de casa educado, y le debía un respeto tanto a ella que le enseñaba en la universidad como a la señora de la limpieza, porque ambas le estaban prestando un servicio.

Esta anécdota me recordó mi primera entrevista como tutora. El padre venía exigiendo, de forma muy sutil, que cambiáramos a su hijo a una clase en la que no hubiera inmigrantes, que para eso estaba pagando. Pero eso sí, repitiendo mil veces que él no era racista.

La verdad es que al escuchar a esta compañera me di cuenta de lo que me había faltado a mí y sentí gran admiración por ella.

Espero haber aprendido algo porque el martes tengo entrevista con este padre de nuevo.

6 comentarios:

Falingo escribe dijo...

Uf, en mi (corta) experiencia docente tuve un caso idéntico al tuyo, con el añadido de ser una institución pública.

Creo que la respuesta que dio la compañera la dignifica a ella y a la profesión.

Lamentablemente son mayoría los hijos y los padres que creen que el respeto se consigue a base de dinero, o, en su caso, se exige por las malas.

El respeto se gana a pulso, al menos así opino yo.

¡Saludos!

Patricia dijo...

Sí, estos "nuevos ricos" son de lo peor. No tienen educación ninguna, sólo dinero :(

Y con su actitud violan uno de los derechos fundamentales del ser humano: el derecho a ser respetado.

¡Kiko! dijo...

Mira que soy punki de corazón, y sin querer polemizar, pero no creo que el dinero sea el problema en este caso. El origen es la alarmante falta de educación que se recibe en lo hogares indistintamente del estrato económico-social al que se pertenezca.
Estamos educando a unos chavales tan vacios, simples y tiranos que no podemos esperar otra cosa. Yo debo respetar a cualquiera con el que me cruce en la vida, y sus actos harán que se lo mantenga, que se lo pierda o que lo idealice.
Siento la chapa, pero es un tema que me toca bastante la fibra, aunque no tengo ninguna relación con la docencia, pero me indigna que se consientan casos como el que cuentas y peores, como las vergonzosas agresiones de padres a profesroes que nos degradan como sociedad. ¡Salud!

Patricia dijo...

Hola, Kiko, tienes razón pero, por eso, esto es lo que quiero denunciar:

las familias que ahora tienen más dinero no son capaces de educar mejor a sus hijos.

¡Kiko! dijo...

No te añado una coma :)

Por cierto, hoy he desayunado escuchando la noticia de la agresión en Barcelona

http://www.elpais.com/articulo/cataluna/madre/agrede/profesora/renir/hija/elpepuespcat/20081112elpcat_16/Tes

Lamentable :(
¡Salud!

Patricia dijo...

¡Madre mía! Pues a partir de ahora me llevaré siempre el paraguas conmigo porque yo también tengo mis encontronazos con algunos de 3ºESO...

Y cuando suspendan ya no sé dónde me voy a meter...