sábado, 13 de diciembre de 2008

Leonardo da Vinci en la clase de lengua

Para la clase de lengua preparó una compañera un texto atribuido a Leonardo da Vinci sobre las costumbres en la mesa.

Por lo visto, el genio, como jefe de maestros de festejos y banquetes de Ludovico Sforza, se interesó por la cocina y nos dejó recetas atrevidas e inventos varios (servillena, máquina de espaguetis...)
"Notas de cocina de Leonardo da Vinci" y "Apuntes de cocina" recogen información sobre este aspecto de la vida del genio.
Estuvimos leyendo el texto en clase y a mis alumnos les pedí que confesaran y que levantaran la mano si habían hecho alguna vez algo parecido. Nos estuvimos riendo con las historias que comentaban.


Aquí tenéis el texto, fragmento del llamado Codex Romanoff atribuido a Leonardo:

"De las conductas indecorosas en la mesa de mi señor"

Éstos son hábitos indecorosos que un invitado a la mesa de mi señor no debe cultivar (y baso esta relación en mis observaciones de aquellos que frecuentaron la mesa de mi señor durante el pasado año:

  • Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado.
  • No ha de poner trozos de su propia comida de aspecto desagradable o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos sin antes preguntárselo.
  • No ha de enjugar su cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa.
  • Tampoco ha de prender fuego a sus compañeros mientras permanezca en la mesa.
  • Ningún invitado ha de poner la pierna sobre la mesa.
  • Tampoco ha de sentarse bajo la mesa en ningún momento.
  • No debe poner la cabeza sobre el plato para comer.
  • No ha de tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que antes haya pedido su consentimiento.
  • Ni utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa.
  • No ha de limpiar su armadura en la mesa.
  • No ha de tomar la comida de la mesa y ponerlo en su bolso o faltriquera para comerla más tarde.
  • No ha de morder la fruta de la fuente de frutas y después retornar la fruta mordida a esa misma fuente.
  • No ha de escupir frente a él.
  • Ni tampoco de lado.
  • No ha de pellizcar ni golpear a su vecino de mesa.
  • No ha de hacer ruidos de bufidos ni se permitirá dar codazos.
  • No ha de poner los ojos en blanco ni poner caras horribles.
  • No ha de poner el dedo en la nariz o en la oreja mientras está conversando.
  • No ha de hacer figuras modeladas, ni prender fuegos, ni adiestrarse en hacer nudos en la mesa (a menos que mi señor así se lo pida).
  • No ha de dejar sueltas sus aves en la mesa.
  • Ni tampoco serpientes ni escarabajos.
  • No ha de tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en perjuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera).
  • No ha de cantar, ni hacer discursos, ni vociferar improperios ni tampoco proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama.
  • No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor).
  • No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes de mi señor ni juguetear con sus cuerpos.
  • No ha de golpear a los sirvientes (a menos que sea en defensa propia)
  • Y si ha de vomitar, entonces debe abandonar la mesa.

5 comentarios:

¡Kiko! dijo...

¡Qué grande! Todo un detalle no vomitar en la mesa jajaja, muy bueno. ¡Salud!

katakraos dijo...

Hombre, me ha gustado especialmente la de no prender fuego a otros comensales en la mesa, pero la encuentro un poco restrictiva XD

Muy grande, Leonardo, sí señor...

Patricia dijo...

Hola, sí, hace gracia, ¿verdad?
En el Renacimiento italiano, con lo elegantes que son los italianos, jajajaja

En fin, tengo unas ganas ya de que me den mañana las vacaciones...

No os lo podéis imaginar ;-)

¡Kiko! dijo...

Supongo que ya has empezado tus vacaciones, descansa y pasa felices fiestas. ¡Salud!

Patricia dijo...

Gracias, Kiko, igualmente :D